De Dr. Ortega: Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, solemos decir cuando estamos a mediados de Diciembre; y generalmente los primeros 15 días de Enero, del nuevo año: (“¡que este año sea de los mejores! ¡Mucha salud para ti y tu familia! ¡Que se cumplan todos tus deseos! ¡Que este año sea de los mejores! ¡Lo mejor para ti y tu familia!..”) Y otras expresiones más, que nos inspira decir el espíritu de la navidad. Es bonito escuchar, leer y recibir los fraternales deseos de navidad y año nuevo, acompañados, en lo posible, del afectuoso abrazo. Sin poder olvidar, personalmente, cuando alguien, al felicitarme con un abrazo; me dijo con mucha sinceridad: ¡Que Dios lo siga bendiciendo y le de mucha salud; lo demás llega por consecuencia!
Dios me ha dado la oportunidad de tenerlo todo; y lo he agradecido. Pero también me ha dado esa gran oportunidad de no tener nada, y con el mismo fervor, también lo he agradecido. Por eso concluí: que mi verdadera felicidad, no fue teniéndolo todo; porque sufrí al dejar de tenerlo. Ni tampoco fue al no tener nada; porque también sufrí al ver la carencia en mi familia. ¡Mi felicidad estaba y está: en tener Fe en Dios!, y en aceptar su voluntad. Porque frente a mi; me puso a gente de bondad, con la que estoy muy agradecido, como la Sra. Elvira Días de Silerio, el Lic Héctor Acosta Gallegos, la Lic. Lupita Herrera Alvarado, el Profr. Evaristo Terrazas, el Profr. Esteban Aguilar, mi mecenas: el Profr. Guillermo Vargas Alvarado, la Lic. Carmina Ayala Aldaco y mi querida familia. Porque en ellos, y en sus acciones, está el reflejo y la voluntad de Dios hacia mi persona; y en todos y todas las personas que en un saludo directo, impreso o en un fraterno abrazo: me han cobijado con su comprensión, apoyo y fraternidad. Esa es la fe en Dios, que me da más salud dentro de la enfermedad. Por eso le digo a mis hijos, que yo no hago ejercicio, lo que hago es vida. Y a todas las personas que conozco directa o indirectamente, en el mes que sea, les digo: que las amo y los amo, en ese amor espiritual que siente un escritor, al sembrar y compartir las palabras que salen de su corazón. Y con las mejores intenciones para todas y todos, les deseo lo que me desearon: ¡Que Dios los siga bendiciendo todo el año y les de mucha salud!; porque lo demás..., les llegará por consecuencia.
Y que Dios los y las motive, en este año, a hacer vida (ejercicio y salud), porque en la salud, está el principio de la felicidad. ¿Y lo demás? ¡Que venga por consecuencia!
¡Tú vales mucho! ¡¡Y que Dios te siga bendiciendo!! Saludos.
SER