De Dr. Ortega: Yo te entiendo: cuando la pobreza; o el fracaso; o el desamor; o el desprecio, o el dolor… Se convierten en tristeza, soledad, apatía; en sufrimiento sin llanto, y la condena de vivir en silencio, con el deseo de ya no existir.
¡Yo te entiendo! Pero también… ¡entiéndeme tú a mí!, porque ya escuche tú silencioso grito de auxilia. No creas que estás sola. No creas que estas solo.
Si no tienes nada: es porque a partir de nada, vales más todo. Si fracasaste. Es porque miras al piso, y necesitas levantar la cabeza, para mirar todo lo que tienes por delante. Si dejaron de amarte… es porque estas aprendiendo a amar, dejando atrás otros amores. Si te despreciaron, es porque te están enseñando a no despreciarte. Si sientes dolor; es porque está enfermo tú cuerpo, pero no tú mente.
Si llegas a pensar en dejar de existir..., espera a que llegue el verdadero tiempo final. ¡No te adelantes! Porque dejarías de ver, ¡que México es el país más poderoso del Mundo y que ganamos el mundial en Brasil! ¡¡¡Eso es!!! ¡Sonríele a la verdad! Porque tú vida si es de verdad. Tú vida es bella, como bello es nuestro Dios que te la dio; mediante una madre, un padre y una familia; que bien o mal…, de alguna forma te amaron, te aman y te amaran: tal vez en silencio; tal vez separados; tal vez con problemas; tal vez ausentes; tal vez indiferentes. ¡Pero estando tú con ellos!, ¡para sufrir y enfrentar retos!; ¡para reír y llorar éxitos o fracasos! ¡Estas palabras son de una mano amiga!, ¡que quiere que te des cuenta, que existen manos extendidas y esperando por ti…, en vida! Aleja la intención de abandonar tú existencia, y date tiempo para renovarte y aprender a amar tú vida. ¡Voltea! ¡Sal! ¡Habla! ¡Busca! ¡Grita! ¡Llora! ¡Confía! Ten fe y valor, ¡y confía! Solo confía.
Amigos lectores; amigas lectoras: sean una mano amiga, y escuchen al, o a la que grita y sufre en silencio, esperando confiar en alguien…, y escucha. Solo escucha, y llévale a la esperanza.
¡Tú vales mucho! ¡Que Dios te bendiga! Compártelo. Saludos.
SER