Por SERGIO ARTURO ORTEGA ALVARADO
(Ser Sembrador)
En este artículo voy a hacer una especie de corolario de los cuatro principios de la comunicación (Socializadora, del conocimiento, del pensamiento y del amor). Y qué mejor manera, que tomando en cuenta la comunicación durante la adolescencia y juventud.
Veamos el caso de un adolescente, que ya tiene la edad para tener novia, pero que no conoce los principios de la comunicación. Este adolescente se sube a un camión de pasajeros, y al sentarse al lado de una muchacha desconocida. Voltea a mirarla y sin pensar otra cosa, le dice, con una sonrisa coqueteante: -¡te quiero mucho! La muchacha, al escuchar lo que le dice el desconocido, de inmediato se levantó muy molesta, diciendo:-¡Estás loco! El adolescente, por su lado, sigue con su equivocada comunicación. Se vuelve a sentar al lado de otra muchacha, y sin que ella lo tomara en cuenta, él se dirige a ella, diciéndole:-Yo pienso que si trabajo, me va a ir mejor en la vida, ¿verdad? La muchacha, sin saber de qué se trata, solo se aleja del lugar y lo ignora. Como te podrás dar cuenta, el adolescente no conoce los principios de la Comunicación, y fracasa en su intento de comunicar sus sentimientos y sus pensamientos.
Ahora veamos el actuar de un adolescente, que en su familia, le hicieron vivir los principios de la comunicación, y que ya tiene la edad para tener una novia. Él ha visto, que en cierto lugar, trabaja una adolescente, que a él le gusta, y que sale a las 7 de trabajar. Después de que ella toma el camión, él se sube de inmediato al mismo camión. Y al sentarse al lado de ella, le dice con una sonrisa agradable: -¡Buenos tardes! (comunicación socializadora). Casi todos, por educación, siempre contestamos. Y en este caso, la muchacha medio contestó. –Buenas…- Con eso le basto al adolescente, para hacer más comunicación, y de inmediato le pregunto; algo que él ya sabía: -¿Oye, tú sabes si este camión me deja por la calle Bruno Martínez? ¡Él ya sabía que sí!; pero solo quería hacer más comunicación (Comunicación de la sabiduría o conocimiento).
La muchacha, de inmediato se transformó en la guía de turistas y le dice: -Mira, dos cuadras adelante, da vuelta el camión y en la que sigue te bajas y...- Él la interrumpe diciéndole: -Que te parece, si mejor me dices dónde bajarme-. –Bien- dijo la muchacha.
Unas cuadras después, le dice ella: -Mira; en la que sigue, te bajas. Das la vuelta, y esa es la calle.
Él le da las gracias, y al bajarse le sonríe, enfatizando su agradecimiento.
Unos días después. Él; discretamente, está esperando a que ella salga del trabajo y se suba al camión. Y cuando lo hace, sin que ella se dé cuenta, él de inmediato se sube al mismo camión. Ve que ella se sienta. Y como si fuera casualidad, se sienta a su lado. Y cuando está sentado al lado de ella, fingiendo sorpresa, le dice con una agradable sonrisa: -¡Buenas tardes!
Ella de inmediato lo reconoce y le contesta con agrado:-¡Buenas tardes!
En ese momento, él pensó muchas cosas: que si le agradaba; que si lo recordaba; que tal vez quería ser su novia; que hasta con el tiempo, podía ser su esposa (Comunicación del pensamiento). Y saliendo de sus pensamientos, él sintió la necesidad de alagarla con algunas palabras y le dijo:- ¡No sabes cuánto me ayudaste la otra vez!, ¡si no hubiera sido por ti!, ¡No hubiera dado con la calle que tanto andaba buscando! La muchacha se sintió muy alagada, como si hubiera hecho un milagro. Él aprovecha el momento, y de inmediato le pregunto: -¿Cómo te llamas? Y ya le dijo como se llama, -¿Dónde vives? ¡Y le dijo donde vivía! -¿Cuál es el número de tu teléfono? ¡Y se lo dió! ¡Es más! ¡Hasta le dijo a qué hora salía al pan!
…Ésta historia continuará, en el próximo artículo. Porque falta la comunicación: ¡Del Amooor!
¡¡QUE DIOS LOS BENDIGA!!
¡Tú Vales Mucho!
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