Un Saludo a los y las alumnas de la Ing. Jesus Tevar Rodríguez y a los y las de la Jeús Reyes Heróles, por sus comentarios.
PASAJES DE MI VIDA SEIS
Fíjate que lo del Billying, no es de hoy. Eso del acoso escolar ya tiene muchísimos años. ¡Y si no! Haz una prueba: pregúntale a cualquier persona mayor de 18 años; que si a él o a ella lo maltrataban o le pegaban en la escuela, y los vas a hacer recordar, momentos muy desagradables, y los nombres de las personas que los maltrataban. O; incluso, vas a conocer los nombres de los maltratadores que desde niños, existen en la comunidad. Por otro lado; siento, que el acoso actual: es más violento, y con más saña, como una conducta imitativa de algunos programa y películas en los medios.
PASAJES DE MI VIDA SEIS.
EL BULLYING Y LOS SOBRENOMBRES.
Y ya que te hable de los amigos, y de los sobrenombres de algunos de ellos. Te voy a dar a conocer una lista de los principales sobrenombres o apodos, con los que me bautizaron los padrinos de la escuela: Y en la época de mi primaria y secundaria, tenían mucho que ver mi gran soledad, temor y estatura, con mis sobrenombres.
Voy a empezar por lo más agradable, sin ningún orden de importancia. El primero que recuerdo me lo puso una hermana, que era Chaparrito. Ese me agradaba, porque sentía que era chaparro, pero con cariño y alegría. En cierta forma me hacía sentir hasta chaparro agradable; Mocoso (ya te imaginarás porque); Roñoso (pues también ya te imaginarás porque); Enano (por lo que te decía de mi estatura); Apartado, solitario, callado, silencioso (hasta dónde llegaba mi silencio, que una vez que hable, un compañero dijo con sorpresa: -¡Si…! ¡Tiene lengua! ¡Si habla!-; tachuela, sotaco. Y hubo uno que me hacía sentir más valiente. Era Elena. Yo no entendía porque me decían Elena. Yo me sentía muy bien con este sobrenombre, porque sentía que era dos en uno. Sentía que era hombre y mujer, sin ningún prejuicio, desde luego. Y que por eso me decían Elena. Muchos años después, supe que era por lo chaparro. Por eso me decían así: Elena, de: elenano. Y poco a poco fui subiendo de categoría, porque también recuerdo que me decían: Boy. ¿Y sabes por qué? Porque a uno de mis hermanos le decían Tarzán. Y lógico; yo era el Boy.
Hay algunas cosas, que tú te preguntarás: como las recuerdo tan bien. ¿Y sabes por qué las recuerdo, hasta con detalles? Porque mi madre tenía la costumbre, de platicar a propios y a extraños, las aventuras de la familia. Aparte; algunos de mis hermanos, incluyéndome, heredamos ese detalle narrador. Y en las reuniones familiares, recordábamos muchas historias de nuestro pasado. Mi madre; aunque no era maltratada por mi padre, si era muy callada y sería, pero cuando aprendió a romper el silencio. Se volvió muy chistosa, porque aunque nos decía malas palabras, las decía de una manera muy aceptable y graciosa. Y gracias a ese ejemplo, de enfrentar la vida, saliendo del silencio. Nosotros, como sus hijos, aprendimos muchísimo de ella. Hasta aquí; por hoy.
¡Tú vales mucho!
