Tercera Parte y Última Parte
Y para dar continuidad a la previsión y a la prevención, de la drogadicción en la familia y el hogar, en seguida; la tercera parte de:
EL BESO PREVENTIVO
Y si ya son adolescentes o jóvenes, nunca es tarde para empezar. Atrévete a romper cadenas prejuiciosas y empieza a pedir el beso preventivo. Aunque tu hijo o tu hija tenga de 15 a 20 años o más. ¡Otórgales tu confianza! ¡Dales oportunidad de que se ganen tu confianza! Ellos tienen que convivir. Pero siempre recuérdales, que después de una fiesta, o una convivencia, aunque estés durmiendo, te despierten para darte el beso. De esa forma, cuando los inviten a tomar o a fumar, la van a pensar, porque saben que sea la hora que sea, se tienen que acercar a ti. Y si llegó y no te dio el beso; la privacidad se pierde cuando se defrauda la confianza. Ve a su cuarto, o donde duerma, y huele su aliento. Porque te está dando el derecho de entrar a su privacidad, al no cumplir una regla de responsabilidad o generar una conducta sospechosa, que tal vez te lleve a descubrir: algún problema, algún sufrimiento, algún rechazo sentimental.., o simplemente para descubrir: que son actitudes propias de su desarrollo. Y si llegas a descubrir que consumió alguna droga; nunca le vayas a llamar la atención cuando este bajo el efecto de alguna dudosa sustancia. Ese no es el momento más propicio para hablar o discutir, porque las cosas pueden empeorar. Tampoco dejes pasar el tiempo. Al siguiente día o al amanecer; dale confianza, ¡No la ataques, o lo ataques! Tampoco lastimes. Ni le digas: ¡Me haz defraudo!, ¡Eras el orgullo de la familia! ¡Saliste igualito a la familia de tu madre o de tu padre!... ¡No! Mejor empátate con él o con ella. Porque es como si te estuviera gritando: !Ayúdame, papá! ¡Ayúdame mamá! ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme! Con esos gritos de auxilio están implorando tu comprensión. ¡Compréndelo! ¡Compréndela! Porque esa es la gran oportunidad de acercarte a él o a ella. La gran oportunidad de darle tu apoyo y tu confianza. La gran oportunidad de enfrentar juntos, como familia, las grandes y lamentables adversidades de la vida, que están tomando por víctimas a nuestros jóvenes, adolescentes y niños; a nuestros hijos a nuestras hijas. Ten siempre presente: que el camino del éxito, puede tener un principio de fracaso. Y si tu hijo o tu hija fracasan momentáneamente, cobíjalo con tu liderazgo, y con tu cariño. Y si es necesario, busca ayuda. Pero ten siempre presente, que hay un beso preventivo.
Me gustaría que pongas en práctica “EL BESO PREVENTIVO”