¡ESCÚCHENME, POR FAVOR! PARA NO SUICIDARME
Por: Ser Sembrador
LAS CONSECUENCIAS
¿Qué consecuencias podrá dejar el hecho de que una persona se suicide? Si las supieran los que se han suicidado, estoy seguro que muchos se hubieran dado otra oportunidad. El problema no se acaba con la ausencia de la persona, ¡no! En ese momento se inicia un nuevo proceso de dolor. Y eso son las consecuencias, que se inician con el impacto de la noticia, que trasciende y duele a todo aquel que la escucha. El llanto, el inconsolable llanto de quien la recibe: los amigos, la familia, los que viven lejos, los que viven en otros lugares, hasta los desconocidos nos impactamos; y de inmediato surge el arrepentimiento y las culpabilidades de los que quedan, apareciendo los lamentos: ¡Si le hubiera hecho caso! ¡Si le hubiera dicho! ¡Si lo hubiera perdonado! ¡Si la hubiera amado! ¡Si no lo hubiera dejado! ¡Si la hubiera comprendido! ¡Si lo hubiéramos ayudado! ¡Si hubiera hablado! ¡Si me hubiera dicho! ¡Yo lo hubiera ayudado! ¡Si lo hubiera! ¡Si lo hubiera! ¡Si lo hubiera! El hubiera..., ya no existe. Lo único que existe son las consecuencias: ¡un espacio vacío y silencioso!, ¡un cuarto sin su voz!, ¡un recuerdo musical!, ¡un rincón, un plato, una fotografía!; ¡queda la profunda tristeza y enfermiza de una madre con el deseo de escuchar nuevamente a su hijo o a su hija!; ¡Queda la profunda tristeza de un padre, que ve como un puñado de tierra desvanece sus ilusiones! Le queda el dolor, ¡el desesperante dolor por no haber sabido que hacer! ¡Queda la angustiante soledad, la fría soledad del novio, o de la novia, clamando nuevamente estar con él o con ella! Queda la profunda tristeza de una familia, donde un niño desconcertado pregunta: ¿Mi hermana está dormida en esa caja? ¿Ya no va a venir mi hermano? ¿Mi mamá se fue con dios? ¿Mi papá, dónde está mi papá? ¡Queda el llanto de un niño o de una niña, que sin saber hablar! Llora, simplemente llora; porque en su inocente sentir, le falta algo, ¡que ya no verá jamás! Donde un joven se pregunta: ¿Qué voy a hacer? ¿Qué hago sin mi hermana? Donde una joven se pregunta ¿Y mi futuro? ¿Y ahora, qué hago sin mi padre? ¿Qué hago sin mi madre? ¿Qué hago sin mi hermano? ¿Qué hago sin él…? ¿Qué hago sin ella…? Consecuencias..., aparentes, simples. ¡Pero desesperantes consecuencias!
Si tú haz tenido esa experiencia desagradable: con algún familiar, amigo, amiga, o conocido. No te dañes con la ausencia. ¡Seguro es que si todo hubiera dependido de ti, otra cosa sería! ¡Lo hubieras impedido! Pero no te engañes al sentirte culpable. Porque son muchas, muchas las cosas que intervienen en el suicidio.
Mejor..., ¡lo malo hazlo bueno! Recibe el mensaje de que existe la vida y existe la muerte. Y si perdiste a alguien que amabas; ahora, ¡Vive la vida dos veces! ¡Deja de medio vivir! ¡Disfrútala por él o por ella y por ti! ¡Tú ya no puedes hacer nada, por las ausencias!, ¡Pero si puedes hacer mucho por ti!: sonríele a la vida, ¡brinca el obstáculo! Y si aparece otro obstáculo más grande: ¡Fortalécete, encarrérate, corre más fuerte y vuelve a brincar! ¡Brinca más alto! ¡Porque tú vales mucho! ¡Enséñanos a vivir dos veces, con la vida y el sufrimiento! ¡Enséñanos a superar! ¡Enséñanos a aceptar la voluntad de Dios! Pero: “Ayúdate, que yo te ayudaré”.
Si crees que haz perdido. Si crees que necesitas ayuda. Dame la oportunidad de escucharte. ¡Tú vales mucho! ¡¡Tú vales mucho!! Dame la oportunidad de seguir siendo integrante del Hospital de la Humanidad. ¡Comunícate! ¡Atrévete! Y a ti que naciste, con la fortuna y la sabiduría de enfrentar la vida, te invito a ayudar, inscribiéndote en el Hospital de la humanidad. ¡Haz algo por los demás! ¡Tú puedes dar el alivio a alguien!, tan solo con escucharla o escucharlo, y llevarlo a una mano amiga¡ ¡Tú puedes tomar a alguno o alguna, de la mano, para darle confianza y enseñarlo a caminar! ¡Tú puedes evitar que otros tengan caídas y ya no quieran levantarse! Unos minutos de tú tiempo, pueden salvar una vida en minutos, para atender al grita, o a los que en algún momento gritamos, angustiadamente: ¡ESCÚCHENME, POR FAVOR! PARA NO SUICIDARME.